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gloria imelda ¡¿Qué se siente?! - le gritaban a los priistas  

      -¡Ya no tienen vida! –Gritaron desde la parte superior del recinto legislativo. Y el público celebró.

-¡Y no lloren! – respondió otro ciudadano.

       Y luego, la multitud en coro vociferaba: ¡Fuera, Fuera! ¡Ya no vuelvan, corruptos!

            Los morenistas estaban encumbrados ¡Ni PRI, ni PAN, gobierno popular!

            La Sexagésima Tercera Legislatura de Sinaloa había rendido protesta. Los 40 diputados con vestimenta formal, salvo José Manuel “Chenel Valenzuela, con traje color guinda brillante, botas blancas y luciendo una cabellera canosa, quedaban formalmente instalados.

-Ya no usaré más tintes- advertía Chenel – Eso de que a cada rato, te lo pintas, después andas de todos colores. Mi pelo es blanco y, además, ya soy de los 60 y más. Pero no era el único estrambótico en su vestimenta. El senador Mario Zamora, quién llegó tarde al evento, lucía un saco entre rosa fucsia y color mamey.

            Gloria Himelda Félix Niebla apretaba las mandíbulas para contener la rabia, mientras Sergio Jacobo Gutiérrez, disimulaba el coraje. Ambos, coordinadores del grupo parlamentario del PRI, habían instruido a su compañera Elva Margarita Inzunza Valenzuela, que no aceptara formar parte de la mesa directiva.

            Querían (los priistas), la presidencia para dirigir las sesiones “porque somos la segunda fuerza política, y de acuerdo a la Ley Orgánica, nos corresponde” exigieron

            Pero los dejaron fuera de la presidencia directiva porque 32 diputados votaron beso legislativopor la propuesta para que el diputado Marco César Almaral Rodríguez, del Partido del Trabajo (PT), presida la Cámara durante el Primer Periodo Ordinario del Primer Año de Ejercicio Constitucional de la LXIII Legislatura de Sinaloa.

            -Es una regresión autoritaria, le están pagando favores al PT – reclamó Gloria Himelda. Y Sergio Jacobo agregó que “esto es un avasallamiento y no se privilegia el diálogo, la negociación ni los acuerdos. Durante muchos años, las minorías han reclamado ser escuchadas, pero ahora vemos una componenda política que tanto criticó la oposición.

            Su desacuerdo fue porque la mesa directiva para el primer año legislativo quedó conformada por Marco César Almaral, del PT, como presidente; Roxana Rubio Valdez, del PAN, como vicepresidenta; Flora Isela Miranda Leal y José Antonio Crespo López, de MORENA, Jesús Angélica Díaz Quiñonez, del PAS y Edgar González Zatarain, del PRD.

-Es una directiva totalmente plural- justificó la diputada Graciela Domínguez Nava, de MORENA, quien presidirá la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) durante los tres años de ejercicio legislativo.

            Por eso los gritos en las butacas del recinto - ¡No lloren! ¡Arriba la República! ¡No tienen vergüenza!

            Y por eso, los ocho diputados tricolores, sentados ahora en una esquina de las curules, anteriormente para las minorías legislativas, tascaban su dolor.

            -¿Qué se siente?- gritaron desde luneta. Gloria Himelda sonreía, quizá con ganas de repetir su actuación como diputada federal, cuando pasó a la historia con su grito de “eeehhh…putoooo! Mónica López Hernández y Margarita Inzunza Valenzuela, simplemente enmudecían.

            Marco Antonio Irizar, esposo de Gloria Himelda, sentado en la última fila de la parte baja, hacía muecas, se rascaba la cabeza, se tallaba los ojos. No cabía en la butaca. Y sus vecinos de asiento, lo confortaban.

            Todas las miradas se centraban en los nuevos diputados. Nuevos por ser del partido principiante en el poder. Por eso, desde las nueve de la mañana empezaron a ocupar sus lugares. Se tomaban selfies, acariciaban su curul y se felicitaban mutuamente.

            La diputada Karla Montero Alatorre, del Partido Encuentro Social (PES), llegó puntual, antes de las 11 para tomarse la foto oficial. Dejó su automóvil afuera del edificio del Congreso en una calle lodosa. Rechazó el tarjetón oficial para ingresar al estacionamiento privado de los diputados – ¿De qué, pinche privilegio gozo yo, si no dejan entrar al pueblo? – exclamó.

            Almaral Rodríguez, que ya sabía que sería electo presidente de la Cámara, llamó a Marthita Arredondo, la eterna secretaria parlamentaria, para recibir las instrucciones precisas - ¡Ah cómo voy a tener trabajo, ahora sí! – lamentaba Marthita.

            Fernando Mascareño Duarte, se inclinó sobre su curul, minutos antes, y juntando sus manos en posesión de oración, caviló por varios minutos. En la lista de diputados, estaba anotado por el Partido Encuentro Social (PES), pero al observar la enumeración, aclaró al reportero: Oiga, corrija allí, soy del partido MORENA.

            Graciela Domínguez, recorría las curules de sus compañeros y daba las primeras instrucciones, cuando inesperadamente llegó Roberto “El Güero” Cruz, quien saludó y felicitó a todos los diputados, de MORENA y del PRI, pero cuando se acercó al grupo tricolor, Sergio Jacobo endureció la cara y dio media vuelta.

            En los lugares destinados a, dirigentes, ex diputados, alcaldes y otros funcionarios, Melesio Cuén Ojeda, dirigente del Partido Sinaloense (PAS) se estremecía, cruzado de brazos, en la butaca. Su gesto era de enfado, a pesar de que su esposa Angélica Díaz Quiñonez, quedó en la mesa directiva.

Antes de que la LXIII Legislatura rindiera su protesta de ley,  Víctor Manuel Gody Angulo, diputado del PRI que concluyó su labor como presidente de la Comisión Permanente, rindió un resumen de su informe. Hizo alarde de que la LXII Legislatura realizó 124 sesiones del pleno, 30 sesiones extraordinarias, 19 de la Comisión Permanente y 14 solemnes.

            Sin embargo no mencionó que hay 661 iniciativas congeladas, 577 en proceso, 126 sin turnar, 14 rechazadas y 636 pendientes.

            Por eso, cuando bajó de la tribuna parlamentaria. Godoy fue abucheado. El público lo había escuchado, pero al final le gritaron ¡Fuera! ¡Fuera! Fuera!

            El gobernador del estado, Quirino Ordaz Coppel, se retiró del recinto, luego de que los 40 diputados rindieron protesta.  Al cruzar la puerta, un ciudadano le gritó ¡Regresen el Fonden. No te lo lleves!.

            El público estaba eufórico – ¡El pueblo unido, jamás será vencido! ¡Dos de Octubre no se olvida! – los gritos de la izquierda estremecían en el recinto. Y al final, el grito de batalla de MORENA: ¡Es un honor estar con Obrador. Es un honor estar con Obrador!

            La ceremonia llegaba a su fin, pero los ciudadanos le recordaban a la bancada morenista:¡NO mentir, No robar, No traicionar!